Como lo prometido es deuda ahí van algunas historias que se pueden encontrar en el libro “Experimentos con la verdad”. (Por cuestión de espacio tengo que resumirlo bastante)
- Dos mujeres norteamericanas que se han ido a vivir a Taiwan entablan amistad allí y un día tienen la siguiente conversación:
- Tengo una hermana que vive en Nueva York.
- También yo.
- Mi hermana vive en el Upper West Side.
- La mía también.
- Mi hermana vive en la calle 109 Oeste.
- Aunque no te lo creas la mía también.
- Mi hermana vive en el 309 de la calle 109 Oeste.
- ¡La mía también!
- Mi hermana vive en el segundo piso del número 309 de la calle 109 Oeste.
- Sé que parece un disparate, pero la mía también.
Mientras estas dos mujeres charlaban en Taiwan, quizás sus respectivas hermanas se encontraban durmiendo en el mismo piso, del mismo edificio de Manhattan... Por supuesto, por cosas del azar, las hermanas de estas mujeres se conocieron cuando ninguna de ellas vivía ya en el mismo edificio, encontrándose por casualidad en una librería.
- (Ésta va dedicada para Nevers) Una mujer estaba embarazada y hacía ya dos semanas que se había pasado de la fecha. Una noche se sentó a ver la televisión y comenzaron a echar la película Historia de una monja de Audrey Hepburn. Contenta empezó a verla pero a mitad de película se puso de parto. Años más tarde en su segundo embarazo encendió una noche el televisor. ¿Adivinan que ponían? Efectivamente, Historia de una monja. Lo más curioso es que estaba en el preciso instante en que dejó de verla años atrás. 15 minutos antes de acabar la película rompió aguas...
- Al padre de una niña, que vivía en Praga, lo enrolan a la fuerza en el ejército alemán y lo mandan al frente ruso. Éste desaparece sin dejar rastro. La niña crece, va a la universidad y se hace profesora de historia del arte. Pasan los años y esta mujer se enamora de un alumno alemán que estaba allí por un programa de intercambio y acaban casándose. Poco tiempo después el padre de su marido muere. Viajan hasta Alemania para asistir al funeral y allí se entera de que su suegro era un checoslovaco al que habían obligado a participar en la guerra y que había sobrevivido milagrosamente. Éste se quedó en Alemania y decidió comenzar una nueva desde cero cambiándose el nombre. Cuando la mujer preguntó por el nombre anterior de su suegro descubrió que era su propio padre. ¡Se había casado con su hermanastro!...
- Una que me pareció graciosa es la que cuenta que en su vida ha pinchado cuatro veces las ruedas de su coche y esas cuatro veces iba acompañado del mismo amigo, al cual solía ver una vez cada ciertos años...
Las dos que más me impactaron no las contaré porque prefiero que las leáis del libro íntegramente. En una relata Auster como en la adolescencia la muerte pasó a un escaso metro suyo, pudiendo haber muerto él por cuestión de un par de segundos, suceso que le marcó de por vida (también por lo que vino justo después). La otra es sobre un amigo suyo, que cuando la leí me recordó mucho a una parte de El Palacio de la luna y mi sorpresa fue cuando Auster cuenta que en la carta que le escribe este amigo le escribe: “Tengo la sensación de haberme convertido en un personaje de alguna de tus novelas”. ¿La realidad ha vuelto a superar a la ficción?
3 comentarios:
Autor original: JQ
La realidad, como se encargaba de recordarnos el historiador Evaristo San Miguel por boca de Ricard Ibáñez, siempre supera a la ficción.
(comentario importado del antiguo Haloscan)
Autor original: J. Addams
Qué bien me viene esta recomendación: mañana voy a la biblioteca y se me presentaban opciones poco apetecibles... Y me gusta Auster.
Un saludo (con música de bienvenida, estilo Cabaret)
(comentario importado del antiguo Haloscan)
Autor original: Rorschach
Mientras suene la música me marcaré unos pasos agitando un sombrero con la muñeca de mi mano derecha, con la otra moveré un bastón al ritmo de la música y mantendré una amplia sonrisa en mis labios.
Srta Jueves ya me comentará q le ha parecido el libro.
Un placer q me visite y q me deje algún comentario (aunque sean terribles jejeje)
Un saludo ("Oooohhh cabareeet")
(comentario importado del antiguo Haloscan)
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