Un poco de jazz en la noche

Tengo el monillo de oír (sentir) música en directo y no me está ayudando que el único bar (por lo menos que yo conozca) donde se toca música de varios de estilos (blues, soul, funky...), con algunos grupos de un nivel muy bueno, no haga más conciertos hasta que realicen unas reformas para insonorizarlo.
Y es que necesito sentir esa energía, ese feeling, que emiten los buenos músicos cuando están tocando y además están disfrutando. Es difícil de explicar pero siento como si algo me llenara por dentro y me dejo llevar por la música. En la sala se puede notar esa magia flotando en el ambiente, ves a los músicos en plena creación, puedes sentir como las notas te tocan...

Pero la semana pasada pude aliviarme un poco de este monillo gracias a los conciertos que emitieron en TVE2 (por la madrugada, eso sí) de la última edición de Jazzaldia de San Sebastián. Verlo por televisión no es lo mismo, ni mucho menos, pero al menos sirvió para tranquilizar mis ansias y conocer nuevos artistas.

O en un caso redescubrirlos, porque hará unos cinco años había visto finalizar en ese mismo canal una actuación que fusionaba jazz y la música tradicional india y me fascinó. La pena fue que no llegué a enterarme de su nombre y me quedé con las ganas. Y este año para mi alegría volvieron a tocar en Jazzaldia. Resulta que se llama John McLaughlin y que hará ya unos treinta años, realizó un disco junto al percusionista Zakir Hussain llamado Shakti. En el concierto de este año tocaban dos percusionistas (uno de ellos Hussain), dos guitarristas (McLaughlin con una eléctrica y Shrinivas con una mandolina) y un cantante que en algún momento del concierto hacía coros. Aparte de tener una técnica magnífica, lo que más enganchaba era el buen rollo, la química que había entre ellos. Se lo estaban pasando genial. Las canciones empezaban con una melodía general y luego daba paso a la improvisación normalmente por turnos. Me encantó esa manera que tenían de “contestarse” entre ellos. Uno hacía una ráfaga y el siguiente contestaba. Estas ráfagas las realizaban o entre los guitarristas, entre los percusionistas o incluso entre todos (alternándose un percusionista seguido de un guitarrista y así). Ejemplo de buen rollo es que en uno de estos “piques” de los percusionistas empezaron a hacer el sonido con la boca como si tocaran mientras no dejaban de reírse (y la verdad es que era alucinante hasta lo que podían hacer con la boca)

De discos he conseguido el “Natural Elements” de 1977, muy bueno y “Remember Shakti” un concierto del año 1999. Para un primer vistazo recomendaría (muy mucho) “Natural Elements” porque el concierto al no tener la parte visual parece perder un poco.
Y más que conseguiré. Porque se está “gestionando” el conseguir algún disco de Hussain, alguno más de Shakti (A Handful of Beauty) y acabo de descubrir que McLaughlin tenía un proyecto más.

Otró concierto que me gustó bastante (pero que sólo vi el final) fue el de Femi Kuti, un nigeriano que toca afrobeat junto a un grupo numeroso de músicos que incluían saxofonistas, teclistas, guitarristas, percusionistas, coristas...
La parte del concierto que vi estaba llena de ritmos vibrantes, con un Femi Kuti con el torso desnudo, irradiando energía, corriendo frenético de un lado para otro, del micro al teclado, completamente sudado, dando saltos por el escenario y en momentos parecía tener un ataque de San Benito.
Tremenda la última canción llena de fusión de ritmos africanos con una infinidad de sonidos como los de The Doors o Steppenwolf. Tenía una melodía principal que era intercalada entre los distintos estilos. Incluso en uno de los numerosos ritmos que fueron tocando parecía que hacían su versión del “Jungle Boogie” africano y, en un riff con mucha tralla y donde Kuti ponía una voz gutural, parecía escuchar un riff de Sepultura. Simplemente genial.

La pena es que en los discos no se encuentra este mismo sonido. Es más tranquilo, sin tanta fusión, pero es muy agradable de oír, con melodías pegadizas y “bailables”. He conseguido “Shoki Shoki” y “Fight to win” los dos últimos discos suyos. En el de “Shoki Shoki” se pueden encontrar canciones muy buenas como “What will tomorrow bring” o “Eregele” donde podemos ver más fusión (el saxo del final de Eregele es genial). El otro disco no lo he escuchado mucho porque tampoco me ha llegado tanto. Quizás porque tiene más sonidos electrónicos y otros estilos que no me van demasiado.

Música para probar nuevas sensaciones. Hagan la prueba a ver que les parece.

PD: Como me gustaría tener más acceso a estos acontecimientos y no vivir aislado en esta isla.