Os voy a poner algunas de las respuestas que Warren Ellis da en la entrevista que Mark Salisbury le hace en “Los secretos de los guionistas de comic book”. Creo q no tienen desperdicio (vaya partido le estoy sacando al libro... :p)
“...
¿Tiene alguna mala experiencia con dibujantes?
Sí, hubo un tipo que decidió que no le gustaban las últimas cuatro páginas de un número, así que dibujó otra cosa. Lo despidieron. Lo siento, estoy a favor de la colaboración y de la magia de trabajar en equipo en los comics, pero no me jodas. Si estuviese mal, no lo habría escrito. Soy algo militante y dictatorial en ese aspecto. Si tienes un problema con una historia, tienes mi número de teléfono, está en la portada del guión, habla conmigo, no lo cambies y esperes que me alegre, porque es mi nombre el que aparece en la primera página como guionista, no el tuyo.
Su obra parece fielmente inspirada en el lado más sórdido de la vida. ¿Tiene alguna experiencia personal al respecto?
Viví en un barrio marginal (en Southend) durante dieciocho meses, y todas las mañanas, al despertarme, me encontraba cristales rotos en el jardín delantero y jeringuillas usadas en el trasero, y me dormía con el ruido de los tiroteos. Siempre me ha interesado la marginalidad; ver el aspecto que tienen las cosas desde allí abajo, y ver cómo acabas así.
¿Se filtra su vida privada en su obra? ¿Es usted, como sus trabajos parecen sugerir, un capullo cínico en la vida real?
Oh, por Dios, claro que sí, pregúntele a cualquiera. Creo que Grant Morrison dijo que yo era el hombre con un gruñido para cada ocasión. Si hay algo que odio es la gente. Sin duda la vida privada se filtra; no puede sino influir en tu obra. No soy el mismo hombre que era cuando estaba escribiendo Lazarus Churchyard, que fue algo que sólo podía haber escrito alguien con veinte años recién cumplidos.
...
¿Está usted intentando forzar los límites de lo que es aceptable?
No pienso en ello a fondo. Me limito a escribir mis historias lo mejor que sé. A veces he tratado hacer que los comics hagan cosas que no he visto antes, pero sólo intento contar mis historias lo mejor que puedo. Y con palabras e imágenes puedes hacer cualquier cosa; no existen limitaciones narrativas. Hay limitaciones creativas, pero sólo es por culpa del modo en que existe el medio en la actualidad.
Sé que usted es amigo de Garth Ennis; al igual que otros guionistas de comics, ¿llama usted a algún otro guionista para comentar ideas y usarlo como caja de resonancia?
No. A nadie. Me encierro en mi habitación y no salgo hasta que he acabado de escribir todo. Eso es lo que significa ser guionista. Te sientas y resuelves el maldito problema tú solo. Hace un par de años hablé de eso con Mark Waid y me miró con los ojos como platos: “¿Qué haces qué?” A mí me pasó lo mismo con él, porque no podía concebir que llamase a gente y le dijera, “Tengo más o menos una idea...”. No va conmigo. Me encierro en una habitación y escribo, y así es como hago mi trabajo.
Su obra es, por lo general, profundamente política. ¿Cree usted que los comics, como medio, sirven de buena tribuna para la política?
Bueno, es uno de los últimos medios en los que puedes obtener una tribuna improvisada. Es uno de los últimos medios que no tiene todos los rasgos y arrugas planchados por el control corporativo y las exigencias de una audiencia multitudinaria. Una audiencia así quiere fútbol y tetas. Ésta es una de las ventajas de trabajar en los comics. Nos dirigimos a una audiencia pequeña y relativamente culta. No nos dirigimos a toda la cultura, así que podemos hacer cosas como estar en una tribuna improvisada o escribir comics sobre drogas y ser muy francos. Ya no se puede hacer eso en el cine o la televisión.
¿Ve usted el lado subversivo de escribir todo este material sumamente político que sobre todo leen estadounidenses mientras vive en Inglaterra? ¿Está intentando traumatizar la cultura estadounidense a distancia?
Desde luego, la idea de entorpecer la continua colonización cultural a nivel mundial por parte de Estados Unidos resulta atractiva. Es casi como follarse a Minnie Mouse a espaldas de Walt Disney. Esa idea me resulta atractiva, y también ponerme detrás de ellos y gritar en voz alta “¿Para esto votáis? Se supone que erais la sociedad revolucionaria, ¿por qué cojones tengo que estar aquí recordándooslo?”
...
¿Prevé pasar a otras formas de literatura?
Sí. Ya he firmado el contrato para hacer una novela de Daredevil para Marvel y se ha hablado de hacer una película de Transmetropolitan, en la que estoy metido en este momento. Estoy escribiendo el primer borrador del guión.
¿Y practicar el estilo de periodismo de Hunter S. Thompson y Spider Jerusalem?
Debo confesar que me atrae la idea. Desde luego, me gusta la idea de comprarme un castillo en algún lugar. ¿Ha querido alguna vez hacer eso, comprar un castillo y recorrer las murallas con una escopeta? Y matar de vez en cuando a algún campesino o a alguna vaca. Tal vez pudiera subir un cañón. Estaría bien. Me gustaría un cañón.
¿Ve usted? Se parece más a Spider de lo que cree.
Oh, venga, ¿a quién no le gustaría un cañón?”