jueves, septiembre 02, 2004

¿Rebelión?

“...Únicamente el viejo Benjamín manifestaba recordar cada detalle de su larga vida y saber que las cosas nunca fueron, ni podrían ser, mucho mejor o mucho peor; el hambre, la opresión y el desengaño eran, así dijo él, la ley inalterable de la vida.”

“...Después, finalizados los aplausos, los concurrentes cogieron nuevamente los naipes y continuaron la partida interrumpida, alejándose los animales en silencio.
Pero no habían dado veinte pasos cuando se pararon bruscamente. Un enorme alboroto de voces venía de la casa. Regresaron corriendo y miraron nuevamente por la ventana. Sí, se estaba desarrollando una violenta discusión: gritos, golpes sobre la mesa, miradas penetrantes y desconfiadas, negativas furiosas. El origen del conflicto parecía ser que tanto Napoleón como el señor Pilkington habían descubierto simultáneamente un as de espadas cada uno.
Doce voces gritaban enfurecidas, y eran todas iguales. No había duda de la transformación ocurrida en la cara de los cerdos. Los animales asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro.”


Extractos de “Rebelión en la granja”, George Orwell



Rebelión en la granja


Alguna vez me he preguntado si merece la pena seguir, el por qué continuar y si no valdría más abandonar, ya que da la impresión de que hagamos lo que hagamos nada cambiará. Pero dejad que me conteste a mí mismo: ¡claro que hay que seguir! ¡Siempre! Si nuestro destino es luchar durante toda nuestra vida sin estar seguros de que esa lucha sirva para algo, ¡pues luchemos! Si para conseguir la libertad debemos enfrentarnos a numerosos enemigos, ¡que se preparen! Y si para que no nos acallen la palabra y no nos pisoteeen, debemos rebelarnos incluso contra aquellos que en su día parecieron ayudarnos, ¡rebelámonos! ¡Que nadie se atreva a ningunearnos o a manipularnos porque nuestra fuerza es terrible! Así que os digo, alzad bien alto la voz y cantemos todos juntos esta canción para que nos puedan oír en cualquier rincón del mundo.


“¡Bestias de Inglaterra! ¡Bestias de Irlanda!
¡Bestias de toda tierra y clima!
¡Oíd mis gozosas nuevas
que cantan un futuro feliz!

Tarde o temprano llegará la hora
en que la tiranía del hombre sea derrocada
y las ubérrimas praderas de Inglaterra
tan sólo por animales sean holladas.

De nuestros hocicos serán proscritas las argollas,
de nuestros lomos desaparecerán los arneses.
Bocados y espuelas serán presa de la herrumbre
y nunca más crueles látigos harán oír su restallar.

Más ricos que la mente imaginar pudiera,
el trigo, la cebada, la avena, el heno,
el trébol, la alfalfa y la remolacha
serán sólo nuestros el día señalado.

Radiantes lucirán los prados de Inglaterra
y más puras las aguas manarán;
más suave soplará la brisa
el día que brille nuestra libertad.

Por ese día todos debemos trabajar
aunque hayamos de morir sin verlo.
Caballos y vacas, gansos y pavos,
¡todos deben, unidos, por la libertad luchar!

¡Bestias de Inglaterra! ¡Bestias de Irlanda!
¡Bestias de toda tierra y clima!
¡Oíd mis gozosas nuevas
que cantan un futuro feliz!”

Bestias de Inglaterra” extraído de “Rebelión en la granja


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