Sobre la gran farsa de la vida y un viaje

Todo parece una gran mentira. Una gran farsa.
Ayer noche el inmenso dedo índice de la vida me señaló y una voz atronadora me habló: “Tú, insignificante mota de polvo, te creías que eras irónico? Que sabías manejar el sarcasmo? Que equivocado estás, aprende del maestro”. Y con una sonrisa en la boca admiré la nueva jugada que me tenía preparada el destino, de una malevolencia digna del mismísimo Lucifer y dándome a mí el papel de mero espectador.
Creo q también oí alguna burlona risotada.
Y recordé comentarios muy recientes que tuve con troyana y Beusguert. Esperanza, la imposibilidad de coger las riendas de nuestra propia vida, el deseo de actuar pero negártelo porque todo ocurre demasiado tarde...
El ángel no me cantaba a mí. Su mirada en realidad me atravesaba y se dirigía a alguien detrás mía. Pero no desesperaré, quizás no sea demasiado tarde sino demasiado pronto. Esa canción será algún día para mí (oh, no! Estoy dejándome llevar otra vez por la esperanza...)
Me pareció curioso como pude llegar a disfrutar tanto y al mismo tiempo pasarlo tan mal (por distintos motivos por supuesto). Era muy extraño tener esas dos sensaciones tan fuertes y encontradas en mi interior.

Cambiemos de tercio...

Estos días será mejor que no coma puré. Lo digo porque no quiero acabar estudiándolo obsesionadamente, con la mirada perdida en él y con un tenedor en la mano intentando darle al puré una forma que no se va de mi cabeza. Sí, porque el otro día lo vi! Yendo de excursión con mis amigos me encontré con una montaña (monte, pedrusco? :p) clavadita a la de la peli “Encuentros en la tercera fase”. Es idéntica! Y me está llamando... A ver si me paso otro día (eh, Warbat? ;) )

Bueno, ahora más en serio os hablaré de una “excursión” que hicimos Warbat, Quinn, Lina y yo. Fue un recorrido por la sierra mallorquina viajando a través de la distancia por la carretera y viajando a través del tiempo por medio de la música (gracias a ese CD que hizo para la ocasión Warbat de auténticos clásicos). Fuimos hacia adelante y atrás en el tiempo pasando por los 60, los 70 y los 80, mientras admirábamos un precioso paisaje. Lástima que ni Warbat, ni Quinn llevaran sus cámaras.
Fue un día muy agradable y algo loco que tuve que pasar a base de cafés y cafeína porque todo hay q decirlo, la noche anterior no es que durmiera mucho.
Uno de los momentos para recordar fue en “Sa Foradada”, hermosísimo paraje donde creo que llegamos a la mejor hora posible, un atardecer que nos ofreció unas vistas inmejorables. Aquí nuestro delirio continuó y ayudó a ello la música que provenía de un “chiringuito” del más puro estilo “Señor de los Anillos” que le daba a la escena un toque épico-cómico.

Mañana os hablaré sobre algo que me contó mi padre sobre “Sa Foradada”.


just a little bit, just a little bit...
R-E-S-P-E-C-T...