Hay cuatro luces

Os pongo en situación. Los cardassianos han secuestrado al capitán Jean-Luc Picard para sonsacarle información sobre las posiciones defensivas en Minos Korva. Le han drogado, torturado pero permanece cautivo y sólo tiene contacto con uno de ellos durante ese tiempo.

“(...)
Cardassiano: Desde que mi hija comenzó a gatear, le enseñé quienes son nuestros enemigos y que se merecen su castigo.
Picard: Si los niños aprenden a despreciar, pueden hacerlo con cualquiera, incluido sus padres.
C: Que mentalidad más ciega y estrecha tiene usted. ¡Que arrogante es! ¿Qué sabe usted de historia cardassiana?
P: Sé que antiguamente era gente pacífica y muy espiritual.
C: ¿Y de qué nos sirvió? Millones de personas morían de hambre. Cuerpos insepultos, enfermedades y sufrimientos inimaginables.
P: Desde que el ejército tomó el poder han muerto cientos de miles más.
C: Pero alimentamos al pueblo. Ganamos territorios con las guerras. Desarrollamos nuevos recursos. Iniciamos un programa de reconstrucción. Hemos organizado programas agrícolas. ¡Eso es lo que el ejército ha hecho por Cardassia!
Y, gracias a eso, mi hija no pasará hambre en toda la vida.
P: Tendrá su barriga llena, pero el espíritu vacío.
(C. golpea con rabia a P.)”

El tiempo pasa y Minos Korva deja de tener importancia. Picard no sabe nada (o resiste como un auténtico jabato) pero se ha transformado en un enfrentamiento personal. El torturador hace lo posible para doblegar su voluntad. Le amenaza, chantajea, engaña pero Picard no se deja vencer, e incluso encuentra la debilidad del cardassiano. Está haciéndole pagar a Picard todo lo que sufrió él de pequeño. Siente pena por él y se lo dice a la cara.
Al saber que deben liberar a Picard y en un último intento desesperado para obligarle a decir a Picard lo que quiere oír, le vuelve a engañar diciéndole que el Enterprise está destruido y con decir una sola cosa escogerá entre la tortura eterna o una vida placentera... Claro está, no tenía ninguna intención de cumplir su palabra.

Ya en el Enterprise, Picard se confiesa ante la consejera Troy.

“(...)
Picard: Yo... no sé por donde empezar. Fue algo...
Troy: He leído su informe.
P: Lo que no puse en el informe es que al final me dio a elegir entre una vida cómoda o más tortura. Todo lo que debía hacer era decir que habían cinco luces aunque, en realidad, sólo habían cuatro.
T: ¿Y no lo dijo?
P: No... pero estuve a punto. Se lo habría dicho todo. Todo por completo.
Pero lo peor es... que al final acabé viendo cinco luces.”

“Cadena de mando (2ª parte)” de Star Trek, TNG