lunes, octubre 02, 2006

Funerales

Y el filósofo Licón aconseja sabiamente a sus amigos que pongan su cuerpo donde mejor consideren y en cuanto a sus funerales que no los hagan ni ostentosos ni mezquinos. Dejaré simplemente al cuidado de la costumbre la organización de esta ceremonia y me pondré en manos de la discreción de los primeros a los que toque encargarse de mí. “Es un punto que debemos despreciar para nosotros, pero no desestimar para los nuestros” (Cicerón, “Tusculanas”, 1. 45)
Y santamente dijo un santo: “El esmero de los funerales, la elección de la sepultura, la pompa de las exequias, son más un consuelo para los vivos que un auxilio para los muertos” (San Agustín, “Ciudad de Dios”, I. 12)

Ensayos, Montaigne (Ed. Cátedra)


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