Acojonado estoy y no es precisamente por los exámenes que se me avecinan (o mejor dicho por un motivo añadido).
No me parece muy inteligente burlarse o mofarse de un fanatismo y de unas enfervorizadas masas, y encima menos ponerse cabezón restregándoles en sus barbas la humillación, con unas intenciones que parecen simplemente ir más a joder y a decir para chulo yo, que a, supuestamente como dicen, defender unos principios a los que se acogen.
Con lo fácil que hubiese sido disculparse desde el principio... y señores (y damas) que con los musulmanes no se juega. A ver si nos enteramos ya, después de tantos siglos, de que tenemos mentalidades diferentes y que para según que cosas no están para bromas... No me toques los mitos, que diría una indignada y encolerizada marabunta de fieles seguidores de Mahoma.
La libertad de expresión es algo por lo que luchar y una verdadera causa por la que morir (pero francamente querida... no me gustaría llegar a tales extremos). Pero uno luego tiene que ser consecuente con sus propios actos (y mirar antes si valdrá la pena tales ofensas).
Si le llamas a alguien gilipollas delante de sus narices, porque es el mayor de los gilipollas, después no vayas reclamando tu libertad de expresión cuando te haya partido la cara. Porque las verdades ofenden.
Y las que no lo son ofenden aún más.
Como os decía, atemorizado ando porque no dejo de recordar las palabras de aquel que conocemos por Nostradamus dijo sobre el fin del mundo. Resumiendo oriente y occidente entrarían en un gran conflicto y una bola de fuego caería del cielo mandándonos al carajo. Fin.
Yo en un principio había pensado que no sería tan descabellado imaginarse la “bola de fuego” como una bomba nuclear cayendo y no dejaba de mirar de reojo a países como India o Korea.
Bueno, ya sabéis como iba aquella estupenda peli llamada “Juegos de Guerra” que tantas y tantas veces echaran por las tardes en televisión (y que no me importaría revisionar por aquello de la nostalgia). Un tema que fue tratado más adelante en novelas y películas de espionaje. Un país tira la bomba. Los objetivos al verlas venir hacen la señal de la cruz (de nuestros enemigos, líbranos señor, dios nuestro. En nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Amén. Hala) o lo que hagan en su religión, se despiden del mundo cruel, lloran por sus seres queridos y, ya que están, aprietan el botoncito rojo.
Y así todos. Fiuuu, fiuuu, fiuuu... Bombas surcando el cielo...
Resultado: Nadie gana.
En definitiva, ya tenemos la disputa sobre la mesa, un país (Irán) que desarrolla tecnología nuclear para la paz y proclama llamamientos a la guerra (juas) y las visiones de un loco... Como Ratzinger Z la palme (que tiene 78 años...) y se elija el primer Papa negro, cojo el cohete y me largo del planeta cagando leches.
PD: Se sabe que unos de los cardenales que más puntos tenía para ser elegido el futuro Papa era de raza negra y malas lenguas dicen que no fue así por la conocida profecía.
(Esto fue escrito el viernes por la tarde. Desde entonces los altercados se han recrudecido y en Irán se han hecho los longuis y donde dije digo digo Diego, exactamente como hizo Irak en su día... pero es que clavado, vamos)
2 comentarios:
Autor original: azuldeblasto
Pues ya sabes:
A vivir, que son dos días...
(comentario importado del antiguo Haloscan)
Autor original: Rorschach
Sí, habrá q aprovechar ahora q según dicen después de muerto es jodido :p jejejejej :)
(comentario importado del antiguo Haloscan)
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