De morfologías y mensajes

Es de lo más curioso tener una teoría, que pensaba que sería otra de mis tonterías y/o/u paranoias mentales, y encontrarme en un libro que se ha hecho un estudio sobre el tema y todo.
El libro se trata de “La comunicación no verbal” de Flora Davis y es el que ahora me leo en el bus. En teoría debería habérmelo leído hace mucho tiempo porque fue una lectura obligada en una asignatura de bachillerato. Pero entre que nunca me ha gustado que me impusieran u obligaran a nada y las cosas de la adolescencia, pues acabé sólo por ojearlo (para hacer el trabajo, vamos). Y hace un tiempo decidí retomarlo con más interés y detalle como el libro parece merecerse.
Por ahora está siendo muy interesante. El único problema que le veo (más que problema es algo que me inquieta) es que su publicación es del año 76. Y eso me crea muchas dudas. Estará obsoleto este libro ya? Cuántas cosas más se habrán descubierto y cuántas otras se habrán rechazado? Habrá avanzado mucho más este campo de investigación?
Pero aunque a veces tenga estas dudas parece un muy buen libro para que un total desconocedor del tema como yo se inicie.

Y mi paranoia consistía en que encontraba que ciertas parejas, con bastantes años de relación, adoptaban ciertas similitudes. Y con esto no me refiero sólo a ticks, posturas, gestos, coletillas o frases, sino incluso a ciertos rasgos físicos. Me parecía como si al pasar los años se producía cierta fusión o simbiosis entre los rasgos de ambas personas.
Según cuenta el estudio no todo viene regido por la información del ADN, sino que vamos “adquiriendo” nuestro aspecto físico con el paso del tiempo y que este puede ser un mensaje sobre nosotros en sí mismo.
Menciona los parecidos que pueden surgir entre un matrimonio, un perro y su amo y, otro también sorprendente, entre un hijo adoptivo y sus “padres”.
El por qué lo desconocen totalmente. No saben si por una mayor compenetración, una falta de carácter por alguna de las partes, o ninguno de estos motivos.
En lo que sí está seguro es en que nuestro cuerpo, adoptando la forma que tiene, proporciona un mensaje más sobre nosotros.