domingo, diciembre 26, 2004

Resacosix

Escribo estas líneas faltando poco para que asomen los primeros rayos de sol.
Dentro de unas horas tengo que trabajar. Todavía no he dormido nada. Será un día largo...

Esta noche tenía ganas de divertirme, de juerga, de pasarlo bien y hacer algo el burro, el payaso, el comediante (seguir con la farsa, actuar para la eterna comedia...). Y quizás conocer a alguna mujer. Por ejemplo, aquella que me sonrió de forma tan dulce. Conocerla y hablar con ella durante toda la noche. Primero saber su nombre y, poco a poco, mientras transcurre la velada, ir conociendo sus más íntimos pensamientos, sus pasiones, sus deseos, sus miedos... conociéndola a ella. Toda ella. Y sobretodo reír, en un juego hecho para dos, lleno de complicidad, aislados del resto del mundo. Que dulce era su sonrisa y que bonitos sus ojos. Oh... pero que digo. Estoy hablando de la camarera... (y que trabajaba en el bar de un pueblo que seguramente nunca más volveré a visitar).

Pero acabó mal. Como tantas otras. Con esa sensación de soledad tan fuerte, tan poderosa, que aún en “compañía” de gente me absorbe por completo.
E hice lo que suelo hacer cuando me siento así. Desaparecer. Dar una vuelta, pasear, estar solo. Ya que me siento muy incómodo estando solo en compañía, me voy a buscar la tranquilidad. Sigo en soledad, pero más en paz. Puedo respirar profundamente y contemplar lo que me apetezca. Las nubes, las estrellas, la luna (que preciosa estaba la luna esta noche), las calles... Más aliviado? No lo sé. Quizás pensando con más claridad.
Es curioso, tener esa sensación y buscar un rincón o lugar alejado para sentirme más a gusto.
Supongo que esa incomodidad crece cuando todos tus acompañantes, de una manera u otra, acaban emparejados y uno, que no es muy habilidoso entablando conversaciones con desconocidos (más que nada porque ni lo intento :p), acaba sintiéndose totalmente desplazado, en un lugar que no conozco y con gente que tampoco conozco.
Y deseando conocer a esa mujer...
Y otra noche más, de vuelta a casa, con ese mal sabor de boca, con ese vacío en mi interior.

Al menos hoy he conseguido hacer magia. En un momento he rejuvenecido por lo menos tres años. Lo que oís, me he puesto delante del espejo y, voilà, tres años menos.
Hará como una semana y media cuando iba a afeitarme de repente pensé “pues ahora no me afeito”. Pasaron los días y seguí sin afeitarme. Me miré al espejo y pensé “pues mira, no me voy a afeitar en una temporada”. Y así la barba fue creciendo hasta llegar a nochebuena. Y si no llega a ser por esto no me afeito, os lo aseguro. Pero para ir a una cena especial, con parientes que hacía bastante que no veía, es lo mínimo que podía hacer. Así los tendría más contentos.
Aunque lo de un momento no es exacto del todo. Casi media hora me he pasado para afeitarme... :p
Bueno, ya me dejaré la barbota más adelante.

Voy a acabar este post con la gran frase del teniente Worf, un Klingon tripulante de la nave Enterprise.
“Pensar en lo que no puede controlar, sólo consume energía y crea su propio enemigo”
Ahí queda eso...

PD: Leo estas líneas al cabo de varias horas, después de algo de resacosix, de la panzada de currar, y estando bastante cansado y he pensado si debía poner este post o no. Como habéis podido comprobar he decidido ponerlo. No puedo censurar mis propias palabras. Es algo que escribí porque lo sentía y necesitaba decirlo. Da igual todo lo demás. No me puedo avergonzar, ni arrepentir, ni esconderlo, ni nada parecido...

Sólo me queda desearos a todos lo mejor y que, celebréis lo que celebréis estos días, lo podáis disfrutar junto a parientes, amigos o con quien queráis o podáis. A veces me parece algo tonto desear la felicidad de los demás y uno mismo sólo en fechas particulares del año. Por qué no hacerlo todos los días del año? Bueno, yo desearía que fuerais felices todos los días de vuestra vida, pero tomaré ejemplo de la modestia de los demás y aunque sea por unos días, me gustaría que todos riamos y estemos junto a nuestros seres queridos. Que la alegría y el jolgorio nos inunde.

Felices fiestas!
(ummm, pero que puñetas... Feliz vida!!)

viernes, diciembre 24, 2004

Marco Valerio Marcial

Rescato algunos poemas de Marcial que puso JQ en unos comments, por si alguien no los ha leído.
Un poco bestia el Marcial. Y algo basto también. jejeje
Eso sí, seguro que se quedaba a gusto cuando escribía un poema de los cañeros.
No me extraña que lo censuraran. Me hubiese gustado ver la cara de los romanos al escuchar poemas como estos :p

V

Que me muera, Deciano, si no quisiera pasar
todos los días y todas las noches contigo.
Pero son dos mil los pasos que nos separan:
éstos se hacen cuatro mil cuando tengo que volver.

A menudo no estás en casa, y estando a menudo dices que no,
a menudo sólo tienes tiempo o para los pleitos o para ti.
No lamento, sin embargo, andar dos mil pasos para verte;
pero sí lamento andar cuatro mil pasos para no verte.

XXX

Te entregas a los Partos, te entregas a los Germanos, te entregas Celia a los Dacios,
y no desdeñas los lechos de los cilicios ni de capadocios;
desde la ciudad de Faros navega hacia ti el follador
de Menfis, y el negro indio desde las rojas aguas;
y no rehúyes las ingles de los judíos circuncisos,
ni se te escapa el Alano en caballo sarmático.
¿Cómo es que, siendo una joven romana,
no encuentres placer en ninguna polla romana?

(el follador de Menfis? No se referirá a Elvis, no???)

LXII

Lesbia jura que nunca la han follado gratis.
Es verdad. Cuando quiere que la follen, suele pagar.

LXIII

Nos observas, Filomuso, cuando nos bañamos,
y preguntas a menudo por qué mis esclavos
imberbes están tan bien dotados.

Contestaré sencillamente a tu pregunta:
dan por el culo, Filomuso, a los curiosos.

jueves, diciembre 23, 2004

Personas

Observando desde el bus a la gente que entra y sale del Corte Inglés, he podido comprobar que existen dos tipos de personas: unas (las más frecuentes) que para abrir la puerta apoyan sus manos en la barra horizontal de metal, que se encuentra a la altura de la cintura, y otras que lo hacen apoyando sus manos en el cristal.

Pero que digo, dos no. Por lo menos existe otra... Las que maldicen a los energúmenos que han llenado de dedos las puertas de cristal que están limpiando.

PD: Que importante es la electricidad. Y que cotidiano puede ser un invento tan asombroso.
Unas pocas manzanas se han quedado sin luz (incluida la mía) y me he visto obligado a cambiar de planes (con lo a gusto que estaba masacrando monstruitos en el Darkeden...).
Sin tener ni idea de cuanto iba a durar me he quedado a dos velas (literalmente). Aunque al final ha sido un rato agradable leyendo las aventuras de Usagi Yojimbo en la mesa de mi comedor a la luz de dos velas.

martes, diciembre 21, 2004

¿Es esto la felicidad?

El pasado viernes asistí a una conferencia sobre la felicidad en la poesía latina. Fue algo espesa, pero no todas pueden ser tan interesantes.
Os dejo un par de poemas, de entre los que vimos (poesía romana sobre la felicidad y sus influencias posteriores). Las que más me gustaron, vamos.

“Los ingredientes que hacen la vida más feliz,
entrañable Marcial, son éstos:
hacienda no conseguida afanosamente, sino heredada;
un campo agradecido, fuego constante;
ningún pleito, toga rara vez, espíritu tranquilo;
vigor natural, cuerpo sano;
juiciosa sencillez, amigos de igual condición;
alimento frugal, mesa sin lujo;
la noche no ebria, más carente de cuitas;
el lecho alegre, pero a un tiempo casto;
un sueño que acorte el tiempo oscuro;
querer ser lo que eres, y no preferir nada más;
no temer el postrero día, ni desearlo.”


Marcial, Epigr. X 47



“Sobre una carta de John Keats

Un dios por quien jurar. El buen tiempo (supongo).
La salud. Muchos libros. Un paisaje de Friedrich.
La mente en paz. Tu cuerpo desnudo en la terraza.
Un macizo de lilas donde rezar a Flora.
Dos o tres enemigos y dos o tres amigos.
Todo eso junto es la felicidad.”


Luis Alberto de Cuenca

sábado, diciembre 18, 2004

Soñar

Desde el blog de Teresa conocí de la existencia de una bitácora llamada hipertextos. En ella, cada cierto tiempo, se propone un ejercicio para escribir un relato corto, siguiendo algún punto o pauta en concreto en cada uno de ellos. Me pareció interesante la idea y que me podría ayudar para practicar con mi escritura.
Lo que más me ha costado ha sido ajustarme a las 150 palabras que se pedía. Me he excedido de esa cifra, pero considerando que no ha sido por muchas más y que algunos la propasan de largo pues...
Bueno, ahí va:

Veldar era un buen chico pero algo inquieto. Le gustaba pensar cómo habrían sido los hombres de hace tantos siglos atrás. Veldar vivía en una sociedad tan avanzada que habían vencido a las enfermedades, no existían las guerras, ni el hambre y habían conseguido eliminar la necesidad de dormir, ganando un cuantioso tiempo para su ocio. Todo estaba en perfecta armonía. Sus vidas eran tranquilas y ordenadas.
Hace siglos los hombres sufrían innumerables penurias, cargaban con un gran dolor, pero aún así los archivos de historia que solía leer con avidez, le mostraban que a pesar de todo esto eran personas alegres, con ilusiones y esperanza.
Pero Veldar notaba un gran vacío en su interior. Algo faltaba en su vida.
Una tarde, en la que se sentía especialmente fatigado y el pesar invadía su alma, decidió descansar en la sombra de un árbol. Cerró los ojos y tras un tiempo comenzaron a venirle a la mente hermosas imágenes. Esas imágenes pertenecían a lugares desconocidos, fantásticos. Dejó volar su imaginación y creó bellas y grandiosas historias, pobladas de maravillosas criaturas y personajes inolvidables. Mientras ocurría todo esto, una gran sonrisa se formó en su cara. Se quedó dormido. Y por primera vez soñó.

jueves, diciembre 16, 2004

Parálisis total

Creo que los momentos en que peor lo he pasado en toda mi vida han sido en sueños (no me extraña que me acabara peleando con mi subconsciente).

Recientemente he vuelto a padecer de la llamada parálisis del sueño y recordé aquella primera experiencia que tuve. Aquella, en la que no sé si asegurar que llegué a pasar auténtico pánico. Y pensé en contarla aquí. Por supuesto se me olvidó, hasta que hoy, mi amigo, Quinn me dejó un enlace donde se hablaba un poco sobre sueños lúcidos y la parálisis del sueño.

Bueno, primero os relataré qué pasó aquella primera vez.

Me encontraba por la mañana acostado, sumido en una especie de duermevela, intercalando breves momentos de despertar entre el sueño. Cuando en uno de esos instantes, me quedé con los ojos parcialmente abiertos, casi cerrados, dejándome una diminuta línea de visión y además bastante borrosa. Entonces vi algo, o mejor dicho, alguien. Estaba a mi lado, en la cabeza de la cama. Era una niña. Pensé, oohh, es mi hermana, aay... (cuando era más pequeña tenía la costumbre de venir a despertarme. Y os podéis imaginar la gracia que me hacía... Pero la puñetera no paraba hasta que conseguía que me levantara jejeje). Intenté abrir más los ojos, pero lo único que conseguí es que los párpados me temblaran de una manera violenta. Intenté girar el cuello hacia un lado para verla de frente pero no pude. O levantar la mano para tocarla, pero nada. No me moví ni un centímetro. En ese momento un pensamiento pasó por mi cabeza. Mi hermana no estaba, no podía ser ella, estaba en la casa de campo. Me empecé a poner nervioso. Concentré todas mis fuerzas en abrir los ojos pero fue en vano. Cada vez mi agitación era mayor. Quería ver a aquella niña como fuera. Puse en tensión mi cuello para moverlo pero estaba paralizado. La niña tampoco se movía. Estaba ahí, quieta, mirándome, sin hacer un solo ruido. Entonces mi mente empezó a divagar. Comencé a pensar que quizás esta niña había vivido en esta casa hace muchos años (cosa dudosa porque creo que fuimos los primeros en vivir en ella) y que tenía al lado a su espíritu que por algún motivo había permanecido aquí. Me empecé a desesperar. Volví a intentar mover los brazos, esta vez con más fuerza, pero sentí como si alguien me los agarrara con una fuerte presa. Y ya cuando no pude más, fue cuando empecé a notar una respiración al lado de mi cara. Era pesada, fuerte y era de la niña que se había inclinado sobre mí. Me sentía totalmente indefenso.
No recuerdo muy bien como acabó. Creo que estaba histérico, cuando, de golpe, me incorporé rápidamente y miré a mi lado. En efecto, no había nadie. Pero yo tenía un subidón de adrenalina impresionante y el mal trago no me lo quitaba nadie.

Así, por lo que recuerdo vagamente, la parálisis del sueño es debida a una descoordinación a la hora de despertarnos. El cerebro es consciente ya, pero nuestro cuerpo sigue desconectado (si no recuerdo mal, durante el sueño nuestro cuerpo se “desactiva” para que no nos movamos. Por lo que me ha pasado alguna vez supongo que en ocasiones falla. Esas veces que nos despertamos haciendo un movimiento que estábamos realizando también en el sueño). Y por lo que pude leer en ese enlace, las ilusiones (óptica, auditivas...), el miedo, la sensación de ser agarrado son comunes.
Sinceramente espero que no os pase nunca. Pero si os ha pasado, queréis contarla?

Bueno, os contaré la segunda en otra ocasión.

martes, diciembre 14, 2004

Dogville

Es la primera película de Lars Von Trier que veo (bueno, o eso creo) y me ha gustado bastante.

DogvilleMe ha dado mucho que pensar. No pude evitar reflexionar cómo hubiese reaccionado o cómo me hubiese comportado en cada situación. Ver la postura de cada personaje. Si hubiera sido tan débil, o cobarde, lascivo, depravado, o si hubiese estallado con ira, hubiese perdonado... Por supuesto en un primer momento quería pensar que yo no hubiese caído tan bajo, faltaría más. Habría conservado mi integridad, mi bondad, mi pureza... pero esta película hace cuestionarte la condición humana y la pregunta vuelve a formularse, esta vez con temor y en voz baja: qué hubiese hecho yo? habría sido capaz de todo eso?
Y para mis adentros he implorado no encontrarme jamás en alguna situación parecida.

Por algunos sucesos, hace un tiempo estuve pensando de qué sería una persona capaz en diversas circunstancias. Y creo que, para lo bueno y para lo malo, actuaría de la manera más sorprendente.

Pero centrémonos en lo malo. Que podría hacer una persona, digamos alguien corriente o incluso buena, atenazada por el odio, por la desesperación, o emborrachada de poder?
Películas como “El experimento” (mencionada ya por troyana) o la magnífica “La muerte y la doncella” de Polanski (tendré que hablar de ella con más profundidad otro día) me fascinaron. En ellas podemos ver (y son mucho más que ficción) la decadencia de unos seres humanos, la caída hasta lo más ruin, los actos más inhumanos hechas por personas de lo más normales.
El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Y qué pasaría cuando tuvieras una vida en tus manos, cuando estuviera indefensa ante ti, cuando te haya mostrado su fragilidad y su impotencia? Y lo peor. Qué ocurriría si añadimos a esto, que nadie te vigila, nadie te pedirá explicaciones, no serás juzgado por tus actos?
Curioso que el mismo día que quise escribir un relato sobre el tema, dieran un documental sobre el conflicto, creo que era, de Sarajevo. Como amables vecinos anteriormente, se acabaron persiguiendo y asesinando entre ellos. Represiones, torturas, violaciones, desapariciones, asesinatos...
Y lamentablemente todos conocemos casos recientes de abusos en las cárceles...

Algún día tendré que retomar lo que escribí y apaciguar viejos fantasmas.

Por suerte somos capaces también de lo más maravilloso.

EscenarioVolviendo a la película, tampoco me ha parecido tan extraño el uso de ese decorado. Es efectivo y no se diferencia mucho del que se pueda usar en alguna obra de teatro. Cuando veía, por ejemplo, los personajes lejos, por detrás de la acción, siguiendo con sus rutinas me daba la sensación de estar sentado en la butaca de un teatro.

Bueno, le tenía cierto miedo o recelo a este director por la fama que se había creado, pero me ha agradado bastante. Habrá que ver “Bailar en la oscuridad”.

Por cierto, he visto que existe una versión extendida con 50 minutos más de metraje, toda en versión original. Alguien la ha visto?

Como nota curiosa indicar que el productor ejecutivo de la película se llama Peter Grant, igual que el productor ejecutivo de uno de los más grandes grupos de rock de la historia, Led Zeppelin.
Sirva esta mención como un sentido homenaje.

viernes, diciembre 10, 2004

Dark Eden

Estas imágenes no pertenecen al trailer de una nueva versión del Amanecer de los muertos.

Darkeden1

Ni son del ejército de leprosos que atacan al Daredevil de Frank Miller.

Darkeden2

Son un puñado de zombies, de entre todos los que infestan el mundo de Dark Eden.

Darkeden3

Por supuesto acabé con todos ellos.

miércoles, diciembre 08, 2004

Recordando

Estos días he recordado como la amaba, cuanto ha significado para mí.
He recordado como me enamoré de ella. Su belleza, su risa, sus gestos, todas esas pequeñas cosas que son las más importantes. Pero sobretodo su mirada, profunda, dura, llena de vitalidad e inteligencia, tan expresiva, donde en momentos podías encontrar una seguridad inaudita o en otros, la timidez más extrema. Y esa mirada perdida y triste cuando creía que nadie la miraba... que ojos tan hermosos.
He recordado como, hasta el gesto más insignificante por su parte, me llenaba de alegría, verla sonreír (pero sobretodo hacerla sonreír) era un regalo para mi alma.
Quizás fui egoísta al intentar entrar en la vida de otra persona, pero lo deseaba con todo mi corazón.
Y me vienen a la cabeza estas líneas del libro de Alessandro Baricco, “Seda”:
“-Es un dolor extraño.
En voz baja.
-Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca.”

Sí, es un dolor muy extraño. Y recuerdo que dejé escrito en este blog, hace ya tiempo, unas palabras parecidas a éstas.

Y he recordado también lo mal que lo hice. No controlé mis sentimientos (poco mejor lo hago ahora). Me poseyeron, me destrozaron. Me hicieron actuar siempre de la peor forma posible. Desesperado y ansioso, cuando debería haberme mostrado firme y seguro. Altivo y borde, cuando debería haber sido paciente, calmado, amistoso y un compañero. Actuar cuando creí que no debería hacerlo (como duele esto) y no hacerlo cuando metí la pata.
Lo hice espantosamente. No sé si en algún momento tuve alguna oportunidad pero lo que está claro es que la perdí. Ella no me ama. Ama a otro hombre. Y eso ya no cambiará...
Quería entrar un poquito en su vida, compartirla con ella, mirar en lo más profundo de su corazón, y si me lo permitía quedarme dentro de él, aunque fuera en un rincón, en un trocito pequeño, aunque fuera eso, pero dentro de ella.
Pero este fin de semana me ha dejado claro que nunca fui invitado. Buscaba alguna puerta para entrar en su corazón. E intentar que la abriera. Primero unos centímetros, para ver si había alguien ahí dentro esperándome y hablar desde el umbral, y mirar con el tiempo si la abría más.
Pero todo este tiempo me hablaba desde detrás de la puerta. Y yo esperando fuera, con la ilusión de un enamorado, creyendo que en cualquier momento se abriría.
Y sigo allí, mirando fijamente la puerta. Intentando ver si hay luz en el interior, si veo sombras moverse o si puedo oír algo.
Y fuera llueve, está diluviando. Pretendo aguantar firme ante ella, calado hasta los huesos, empapado. Las gotas me hacen cerrar los ojos y el agua casi es parte de mí. Pero no puedo y a veces caigo de rodillas. Y me avergüenzo por ello porque sé que a ella le desagradará y decepcionará. Pero continúo delante de la puerta. Seguramente debería marcharme, buscar cobijo. Pero no puedo moverme de ahí, no existe ningún cobijo. Aguanto como puedo. Completamente empapado.

martes, diciembre 07, 2004

¿Me quieres?

Advertencia: Si alguien tiene la intención de leerse en algún momento “El halcón maltés” que no se lea el siguiente texto. Pueda que intuya al transcurrir la historia como acaba todo y no quiero estropearos el final.

“-¿Y no sabes si me quieres o no? –dijo ella en voz baja.
-No, no lo sé. Resulta sencillo enamorarse de ti hasta la locura –dijo Spade mirándola con apasionada vehemencia de los pies a la cabeza-, pero no sé lo que eso puede significar. ¿Acaso lo sabe alguien cuando se enamora? Pero supón que sí, supón que te quiero, ¿qué? Quizá no te quisiera el próximo mes. Ya me ha ocurrido otras veces, y no siempre ha durado un mes... ¿Y entonces? Entonces habría hecho el primo. Y si hiciera lo que deseas y me condenaran, bueno, entonces no cabría la menor duda de que habría hecho el primo. Si te entrego a la Policía, lo sentiré muy de veras, tendré noches horribles... pero pasará. Escucha.
La tomó de los hombros, la echó hacia atrás y se inclinó sobre ella:
-Si eso no te quiere decir nada, olvídalo y escucha esto: lo voy a hacer porque deseo hacerlo con todo mi ser, porque todo lo que dentro llevo me está pidiendo que lo haga, pase lo que pase, y porque, ¡maldita seas!, ya contabas tú con que yo sentiría lo que siento, como lo calculaste con todos los demás.”


Definitivamente no me he transformado en Sam Spade. Lástima...

viernes, diciembre 03, 2004

Una de romanos

Últimamente el tema del suicidio parece perseguirme. Pero no os preocupéis, a mí ni se me está pasando por la cabeza (bueno, de momento... :p), lo he visto referido en películas y en alguna charla-conferencia. Pero me centraré en estas últimas.

Una de las charlas fue hace un par de semanas y os hablé un poco de ella en otro post (Vendrá la muerte y tendrá tus ojos). Pero si queréis que alguien os lo explique mejor y con más detalle de lo que se habló ahí, pasaos por la bitácora de Félix y leeos el post de Escritores Suicidas (unos posts más abajo)(Bueno, y si queréis también os podéis leer el resto del blog jejeje).

La otra conferencia fue hace una semana y tenía por nombre “El hombre romano frente a la muerte”. La impartió el catedrático de filología latina Marc Mayer y fue de lo más interesante y le dio un toque de humor tan negro que me hizo soltar bastantes carcajadas, y hasta en momentos, pensar si no se estaría pasando un pelín.
La pena es la escasísima información que nos ha llegado de aquella época, lo que nos da sólo indicios de cómo debió ser todo aquello.
Lo que es seguro es que un romano al nacer ya estaba preparado para morir. La mayoría no llegaban a los cuarenta y sólo un 6% llegaba a los sesenta (lo que me sorprendió mucho, ya que mirando las edades a las que murieron los filósofos griegos que mencionaron en la anterior conferencia, todos pasaban de los 75 años).
Los romanos tenían una vida dura. Al nacer mismo, su vida dependía del padre de la familia. Éste tenía que decidir que hacer con el hijo. Quedárselo, matarlo o darlo en acogida, y la mayoría de estos niños acogidos pasarían una vida de esclavitud, que seguramente más les habría valido haber muerto. Según lo que parece el suicidio no era algo infrecuente.
Y los de capas sociales más elevadas no tenían diferente suerte (o fortuna como decían los romanos). Como explicó Mayer, ninguno moría en la cama. O eran asesinados, muertos en combate, o se suicidaban... Vaya panorama, no?
Los suicidios podían ser para acabar con el dolor, o con una humillación, por “obligación” (si el honor del clan era mancillado, la mejor manera de recuperarlo era que la persona que lo había ocasionado se suicidara o también estaba el caso en que le decían: o te suicidas o te suicidamos... que si no recuerdo mal es lo que le pasó a Sócrates)... bueno, os podéis imaginar que motivos los pueden haber a cientos. Cada caso es especial.
Pero no todas las maneras de suicidarse estaban bien vistas. Y que curioso es lo que acabo de decir porque indica que existían modos “bien vistos” de acabar con la vida de uno mismo.
Ahorcarse era fatal. Eso era para plebeyos. Y tirarse por un precipicio también estaba muy desconsiderado. Había que contar con la parte estética, con dejar un cadáver decente y con semejante caída uno quedaría espachurrado.
Y cuáles eran los métodos “permitidos"? El veneno, no. Me extrañó que no se mencionara pero en la parte de preguntas alguien lo mencionó y se explicó que los venenos de aquellos tiempos eran muy rudimentarios. Eran efectivos, pero infinitamente dolorosos. Y tardaban días en causar la muerte, así que la agonía podía ser tremenda. Y bueno, ya que uno decidía irse por lo menos que fuera rápido e indoloro, no?
Pues habían principalmente dos métodos. Uno era cortarse las venas, como hizo el anterior filósofo que he mencionado, que creo que era Sócrates. En una bañera con agua caliente se cortó las venas y un médico le estuvo tratando para que no sufriera. El otro método consistía en un ritual en el que la persona se arrojaba encima de la espada (que había que hacerlo bien. No era cuestión de clavártela en algún sitio que te tardara en provocar la muerte. Lo mismo que con los venenos). Y sí, esto me recordó mucho al hara-kiri (o sepuku), el ritual japonés de suicidio.
Pero aquí no se acaban las coincidencias. Desde hace un poco he conocido muy por encima las costumbres japonesas (un poco las de la actualidad y algo más las de la antigüedad, y más especialmente la época de los samurais) y mientras escuchaba la conferencia no podía dejar de asombrarme de la similitud que habían en estos dos mundos tan alejados (en el tiempo y en el espacio). Pensé que al salir se lo tenía que comentar a mi amigo Didakos, que también asistió y que posee más conocimientos que yo sobre el Japón, pero durante la conversación se me adelantó y me lo indicó él.
Tenían una “guía” para vivir la vida muy estoica. Controlar los sentimientos y las pasiones. Nunca dejarse llevar por ellos. Se agrupaban en clanes y el bienestar del clan era prioritario al de las personas que lo componían. Se sacrificarían por ello sin la más mínima duda (contó una anécdota sobre los que ponían las escaleras en los asedios a fortalezas y pasaban por las murallas. Estaba claro que el primero que pasara era fiambre, pero todos los soldados corrían directos a la muerte como posesos porque el primer clan que lo consiguiera recibiría un gran honor y una gran gloria por ello. Esa persona moriría pero dejaría el status del clan más elevado)(contó también otra anécdota de una persona poderosa que murió feliz (ni me preguntéis el nombre) porque dejó a tres hijos vivos y además en los cargos más importantes. Y su familia controlaba todo el cotarro en el Imperio. Vamos, esto era el no va más) Mayer hizo mucho hincapié en que un romano ante todo buscaba el honor y la gloria y el bienestar del clan.

Y bueno, seguiría pero mejor lo dejo que ya me he enrollado suficiente jejeje (Vaya palo os he soltado...)

Más adelante pediré los dos libros de Asimov que tratan de los romanos, así que ya os daré más la tabarra entonces...

Ave César!