Ciudad de dios

Película cruda, incisiva y trepidante sobre una fabela de nombre Ciudad de dios de Río de Janeiro. Una película que engancha desde la primera escena y que cuanto más nos cuenta más queremos saber.
La primera impresión al comenzar a verla fue de una Snatch a la brasileña. El narrador introduciéndote a los personajes, presentándose a sí mismo y a las diferentes historias que se van cruzando a lo largo de la película, unos personajes con mucha fuerza, mucha vida, esos movimientos de cámara y esos planos, las situaciones límite o dignas de ser contadas, un montaje ágil, rápido, nos lleva de un sitio para otro sin darte tiempo a cansarte.


Pero es mucho más. Y diferente.
Es la cruda muestra de una realidad.
Snatch tiene un crescendo de humor negro hasta llegar a un clímax de hilaridad. Al principio de Ciudad de dios existe cierta coña pero aquí lo que va gradualmente creciendo es la dureza, hasta llegar a una auténtica catarsis de violencia.

Quizás lo que me acabó por impactar más, lo que me pegó una sacudida en mi sofá, fue el leer al final esa notita que ponía “basado en hechos reales” y ver las imágenes reales de algunas de las personas que salen en la película y hasta el fragmento de algo que se filmó y que se adapta en una escena de la película.
Una vez me dijeron que eso era una tontería, pero el volver a pensar lo que he visto y sustituir a unos personajes de ficción por personas de carne y hueso me afecta.
Y vale que la realidad supera a la ficción y que eso igualmente hubiese podido ser una fiel muestra de lo que sucede, pero ver esa frase es algo demoledor.
Eso sí, nos os creáis que antes de saber esto no se me cayeron unas cuantas lágrimas.


Pero hasta en el peor lugar existe un rinconcito para el amor.